A la hora de vender un producto la publicidad afecta de forma directa y en un modo agresivo al ser humano; esto se ve claramente cuando determinada compañía fabricante de x producto decide lanzarse al mercado, su idea básica como empresa fabricante es la de vender su mercancía, sin embargo para el publicista es mas fácil venderle al publico un estilo de vida en vez de unos simples pantalones.
A la hora de ver cualquier reclamen publicitario en cualquier medio ya sea en una revista, una valla o en televisión podemos observar que al patrocinar un desodorante corporal, no nos están vendiendo el desodorante en si, sino que nos venden la aventura, el poder desafiarlo todo sin temor alguno a lastimarnos, el sentirnos seguros de alcanzar nuestras metas; en este sentido la publicidad influye mucho en nosotros los seres humanos por que quien no desea ser joven eternamente, ser sexy, invencible y mientras tengamos miedos, inseguridades y deseos de una vida distinta la publicidad tendrá un camino infinito de posibles sueños para vendernos.
La publicidad, claramente, condiciona el comportamiento humano, en caso contrario no tendría mucho sentido un gasto publicitario. Como indicábamos anteriormente, en infinidad de productos los compradores compran la imagen que ellos tienen de un producto por encima del producto en sí.
La publicidad lleva años trabajando para que la gente reciba subliminalmente el mensaje de que la juventud, la salud, la virilidad, la feminidad depende de lo que uno compra. Para ello se publicita siempre la misma imagen de lo que todos debemos ser: jóvenes, ricos y guapos. Es realmente difícil encontrar en un anuncio publicitario a un inmigrante, un gitano, drogadictos, gordos, enfermos, pobres, etc. todo para que evitemos asociar el producto con la situación de estos últimos. Esto nos lleva a pensar que los anunciantes opinan que el introducir la imagen de Claudia Shiffer en un anuncio de yogures implica que esto nos conduce a creer que llegaremos a su tipo a base de tomar yogures X.
Quizás el ejemplo más claro de que es capaz de condicionar a la gente es el caso de la juventud. En este segmento de población el efecto es realmente grave y de reflexión social. Estudios de psicología social realizados en los institutos y escuelas de formación profesional, sobre los robos de prendas de ropa en estos centros y a su salida, demuestran que los jóvenes roban marcas concretas. Esto es debido principalmente a que es necesario vestir determinadas marcas para pertenecer al grupo de los elegidos, y los jóvenes que no pueden alcanzar determinadas marcas se sienten frustrados y ven los robos como una solución.
En el norte de Italia, Pietro Maso, un joven homicida, mató a sus padres para poder comprarse artículos de lujo. En el juicio se supo que era capaz de distinguir entre veintisiete perfumes de hombre y dijo saber perfectamente con qué marca debía de vestir y que coche debía comprar para tener éxito. La pregunta es ¿donde ha aprendido todo esto?. En la publicidad.
Con todo esto no se puede culpar a la publicidad de los casos anteriormente mencionados. Sería como admitir que existen robos de bancos porque existe dinero, o que como diría Groucho Marx , que la causa de que exista el divorcio es el matrimonio. Pero es importante destacar el efecto que la publicidad tiene sobre nosotros, y sobre nuestro comportamiento.
¿Realmente la publicidad condiciona nuestra vida?. Es cierto que es uno de los sectores más desarrollados, capaz de hacernos creer que podemos llegar a ser como nuestro ídolo utilizando ciertos productos. ¿La mayor parte de la gente piensa realmente que lo visto en los anuncion no es verdad?
http://publicitado.com/influencia-de-la-publicidad-en-las-personas/
Grupo 6 criminologia
ResponderEliminarCreo que todos tenemos claro que no alcanzaremos la juventud, virilidad, figura y un largo etc de caracteristicas deseadas por cualquier persona. Lo que ocurre que nos motiva intentarlo, vemos como los famosos modelos y actores disfrutan en los anuncios y queremos tambien ese disfrute ya que ¿Qué perdemos por intentarlo?
Es cierto y evidente que la publicidad nos refleja todo aquello que el ser humano desearía ser: guapo, sexy, joven y otros calificativos de alto grado de autoestima. Pero creo que en realidad el público consume aquel producto que le gusta, independientemente del anuncio publicitario que emitan sobre este. No obstante, si es posible que personas de baja personalidad, se vean influenciadas por estos anuncios agresivos y les provoquen la necesidad de adquirir esos artículos no importándoles el precio o la forma de adquirirlos.
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